domingo, 20 de enero de 2013

Déjalo ya, deja de intentarlo. Olvídalo. Nada de esto tiene sentido si no existe lo más vital, y lo sabes. Así que, asúmelo.
Ni tú crees que lo intento, y yo ni siquiera quiero pensar que quieres creerme. Y dejé de intentarlo. Dejé de hacer algo sin sentido. Y nos perdimos, nos perdimos tanto. Creo que ha sido el modo más bonito de perderme pero, lo siento, quiero seguir perdida sin ti. No quiero volver a encontrarte, a encontrarnos, y así poder seguir cada cual con lo suyo: tú con tu "asienta la cabeza" y yo con mi "hago lo que quiero, cuando quiero y con quiero".
No éramos compatibles, y eso se veía a medio kilómetro de distancia. Pero la atracción era tal que nosotros estábamos ciegos, no podíamos ver más allá de nuestros cuerpos. Ya ves que a veces el deseo carnal puede más que la puta realidad, y por eso acabamos así. Por ciegos, estúpidos, necios, inútiiles, incomprendidos, absurdos, y un largo etcétera que me gustaría decir, pero que es mejor callar un domingo por la noche. Ya la he cagado bastante.
Prefiero acabar con la mente en blanco y como desconocidos. Así que por favor, si me ves por la calle, ni siquiera me mires.

jueves, 3 de enero de 2013

Supongo que no debería escribirte ahora, que no es justo hacer esto en estos momentos, ya que me estoy planteando marcharme. Ya sabes que no me gustan las despedidas; siempre he pensado que aunque te despidas de alguien, volverá a aparecer. Por eso mejor utilizar un simple "ya nos veremos" o un "hasta que la casualidad nos cruce". Pero no, no me voy a ir.
Sé que peco de ser una caprichosa que nunca sabe lo que quiere. Pero te aseguro que ahora lo sé, y esto es lo que quiero: estar a tu lado.

Por tener la puta sensación de que el mundo es nuestro estoy dispuesta a subir al cielo contigo, aunque me meta una hostia con las nubes. Pondré la mano en el fuego las veces que haga falta. Porque no estoy dispuesta a que una persona (y para mí cuando digo persona su definición es: alguien por quien vale la pena luchar) así se vaya de mi vida.

No quiero llamarlo amor, ya que el amor siempre se va. Y lo que siento por ti es tan.. indescriptible. Tendría que inventar una palabra para lograr definir todo esto que haces que sienta. Y créeme que la he pensado más de una vez, pero sólo lograr hacer que me salga esa sonrisa de gilipollas al pensar en ti.

No sé, tal vez eso que haces de parar el tiempo me parece tan perfecto que hace que empiece creer en la perfección. Llámame loca, me da igual mientras lo hagas con esa mirada tierna. Pero hazlo, sigue parando el tiempo y haz que esto no termine.