jueves, 8 de enero de 2015

Que te vaya bien.

Nunca se me han dado bien los comienzos
por ello no sé cómo empezar a explicar lo que quiero decir.
Siempre he sido una necia al pensar que algún día,
en un futuro,
podríamos dormir en la  misma cama
sin esperar que aquello tuviera un final.
Y sigo siendo una necia pensando
que podrás cambiar:
y, si lo haces,
volverías a mi lado.

Ahora he sido gilipollas
al pensar que por rozar casi la muerte de la mano
te has dado cuenta de que nadie te hará reír como yo
nadie te abrazará como yo
nadie te follará como yo
y nadie
nunca
te podrá querer como yo te quise.

Estoy cansada de dar vueltas a ninguna parte.
Estoy cansada de tus idas y venidas
cuando las cosas de salen mal.
Estoy cansada.
De ti.
La culpa es solo mía por dejarte volver,
por pensar que a lo mejor algún día sí.
Pero me he dado cuenta de que nunca va a ser sí.
De que nunca podré fiarme de ti.
De que nunca siempre va a ser nunca.

Ahora sí me toca despedirme para siempre de ti,
ya no quiero nada de ti.
No te quiero a mi lado
solo sirves para hacerme daño.
Solo sirves para reírte de mí en mi puta cara.

Adiós.
Que te vaya bien
y te duela ver que no vas a encontrar a nadie como yo
ni mejor que yo.