jueves, 4 de julio de 2013

Por sonreír por ti.

Dejé de ser una golfa cuando me enamoré de ti.
Repudié sonreír a cualquiera para sonreírte a ti.
Por sonreír por ti.
Sonrío cuando falta una hora para verte,
cuando avisan de que quedan cinco minutos para que llegue tu tren al andén,
cuando noto que sigo poniéndome nerviosa al verte llegar.

Ven, idiota, que yo te curo las heridas.
Cuando llegues te ahogaré en un abrazo,
haré que te duermas
y llenaré de versos tu habitación trazo a trazo.

Ya lo he decidido:
O contigo o sola. No quiero a nadie más.
Sólo tú consigues que tu respiración en mi cuello me sepa a libertad.
Que verte sonreír sea el mejor poema que he leído.
Que, por fin, realmente, tiemble por alguien.

Cariño, seremos lo más grande que el mundo ha visto.
Juntos podemos cruzar el charco sin necesidad de mucho.
Que, contigo al lado, de verdad lucho.
Y, que gracias a ti, resisto.