domingo, 23 de agosto de 2015

Llámame viento.

Siempre he visto a los globos como una metáfora. Imagínate que tienes un hilo en la mano y al otro extremo de él hay un globo atado. Pues bien, hay dos tipos de personas en la vida: las que dejan todo lo largo que es el hilo para que el globo flote con el viento, y luego están las que tienen al globo tan pegado a la mano para que no se vaya que no lo dejan flotar. Ahora imaginaos toda esta mierda pero en personas.

Gracias a dios aprendí y me libré de esas personas que se piensan que mi globo tiene hilo. No necesito que nadie me sujete mientras voy flotando por el azul del cielo. Por eso no me considero la mitad de nadie, sino algo entero.

Tengo la capacidad de regalarme yo misma todo lo que puede darme una persona, pero vosotros habéis derrochado más de lo que os podíais permitir y habéis jugado todas vuestras sonrisas y alegrías al hecho de necesitar a alguien con la esperanza de que algo nuevo llegara, mientras todo arde a vuestro alrededor. Cuando te sientes completo y llega alguien que te aporta algo, desborda todo tu interior, pero no lo vas acabar necesitando en tu vida. Se quede o se vaya. Y no lográis entenderlo.


martes, 4 de agosto de 2015

Hace crac y suena la música.

Ya sé que a veces la caja de música
que hay en nuestro pecho se rompe
y solo suena en bucle esa canción triste.
Pero vamos a ver,
dejaos ya de canciones mustias,
de días grises y
de caras largas.
Abrid la puerta al aquí y ahora 
y dejad atrás todo el pasado que lleváis a cuestas.

Deja que el rebaño hable de ti.
Únicamente uno mismo sabe quién es,
qué hace,
qué dice y dijo
y ellos no tienen ni puta idea.
Mandad a la mierda a cada persona que se meta en vuestra vida.

Supongo que el problema es que el infierno está vacío
y los demonios están en tierra.
Yo qué sé,
solo puedo fijarme en como bailan tus monstruos en tu interior.
Cada cual que se mate como quiere.

A veces la vida te sonríe
justo antes de que se vaya todo a la mierda.
Y va y lo arregla todo.