viernes, 28 de septiembre de 2012


¿Sabéis esos días de lluvia en los cuales solamente te apetece estar abrazada a alguien? Estar ahí, mirándonos sin hablar, comiéndonos a besos, estrujándonos. Ya el simple hecho de estar entre tus brazos mata cualquier síntoma de aburrimiento; ni siquiera se me pasaría por la mente el verbo "aburrir".
Días como estos son para pasarlos acariciándote, darte besos en el cuello y susurrarte al oído. Ese momento en el que suena un relámpago inesperado, que me asuste y te abrace fuerte como un acto reflejo, o simplemente, que me acaricies el pelo hasta conseguir que me duerma.
Acabar juntos bajo una manta, y empezar una guerra de cosquillas que, afortunadamente, acaba en besos que no quiero que acaben jamás.
Porque, definitivamente, los días de lluvia sin ti en la cama no tienen sentido.

martes, 4 de septiembre de 2012

Vivimos nuestro día a día a base de pequeños detalles que no apreciamos, estamos tan preocupados buscando la puta felicidad que no somos capaces de darnos cuenta de que la felicidad es un abrazo, un beso, una caricia, un "buenos días tonta", un "te quiero" en formato susurro.. Yo aprendí a apreciar esos detalles, aunque parezcan insignificantes. Ya que, en un abrazo puede haber un te quiero, en un beso en la mejilla muchísimo cariño, en una caricia pasión, y un "te quiero" puede significar que quiere pasar toda la vida junto a ti.
Muchísimas veces tenemos todo lo que necesitamos a nuestro lado. Pero claro, somos tan sumamente gilipollas que no somos capaces de verlo. 
Yo tuve todo lo que necesité a mi lado desde hace mucho y nunca lo vi. Hasta ahora. Hace poco fui capaz de abrir los ojos y verte ahí, con esos ojos verdes tan brillantes, con esa sonrisa tan radiante y con ese puto culo que es miel. Sí, soy una puta yonkie de ti, lo admito. Me encanta estar en el sofá, que te tumbes encima de mis piernas y poder acariciarte el pelo. Me tiraría horas así, pero eres tan idiota que me muerdes la mano y empiezas a hacerme rabiar. Luego soy tan gilipollas que te perdono por un par de besos. Me vendo barato, ¿vale? Pero sé que te encanta, esa sonrisa tonta te delata.
Me jode admitir que eres la única persona que sabe picarme hasta un punto extremo. Eso significa que me conoces demasiado y eso lo odio. Puedes hundirme cuando quieras. Pero hay algo en ti que.. que me tranquiliza. Sabes llevarme, tranquilizarme y hacerme sonreír cada puto segundo cuando más falta me hace. Eres demasiado perfecto para ser real. 

sábado, 1 de septiembre de 2012

Perdona si alguna vez te llaman y nadie contesta. Es que de alguna u otra forma necesito escuchar tu voz, es tan necesario como respirar. Y no me atrevo a hacerlo de otra forma que escondiéndome. Llamarme cobarde, me da igual. Un cobarde se vuelve valiente superando sus miedos, y eso haré. Pero ahora es tarde.

Sí, ya sé que si te fuiste fue por mi culpa. Pero joder, nadie entiende como me sentía. Estaba acojonada de volver a caer en un puto agujero sin fondo. Nadie supo jamás las lágrimas que llegaron a caer por mi cara cuando te fuiste. Nadie supo jamás las noches que mojé mi almohada al saber que jamás volvería a estar abrazada a ti en tu cama. Nadie supo jamás ese vacío que sentí al asumir que te perdí. Nadie entendía nada.

Sin embargo, un día me di cuenta de que no podía vivir contigo ni sin ti. Sí, puede que no tenga sentido, pero es cierto. Si no estabas me faltaba algo, y cuando estabas muchas veces se me caía el mundo a los pies, pero otras muchas era todo tan precioso. Aun así, acabé jodida.
En fin, mi oportunidad se fue. Espero volver a rozar tus labios algún día. Pero ahora toca seguir adelante, dejar todo atrás. Tengo puertas abiertas, tengo que avanzar por mí.