lunes, 23 de septiembre de 2013

Oquedad acumulada.

Estamos en una era en la que sentirse seguro es estar entre rejas.
Os aconsejan vallar vuestras casas para sentiros protegidos.
No os aconsejan seguridad.
Os aconsejan vivir con miedo.
Seréis como unos pájaros enjaulados.

Me sobran silencios y me faltan palabras.
O puede que me sobren palabras
y no quiera hablarle a la pared.
¿Hacia quién las dejo salir sin que me juzgue?
Ahora hasta los desconocidos lo hacen.
Eso de contarle tu vida a un extraño 
como si nada ya no funciona.
Supongo que abandonar a quien una vez 
te salvó
es de cobardes.
Por eso ya nada funciona.

A veces la vida es como la costra de una herida:
se cae a trozos y pica.
Y me pica. Me pica mucho.
Y no puedo rascarme.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Tenerte es como tener toda la primavera para mí sola.

Dicen que ojos que no ven,
corazón que no siente.
Discrepo.
El corazón siente aunque no vea.
En mi caso ni fu ni fa,
pero cuando se trata de no verte a ti
el núcleo de mi corazón manda una orden
a todo mi organismo para que te eche de menos.
Para que sufra.
Herida, como un soldado cuando vuelve de la guerra
lleno de vendas que protegen sus heridas,
solamente puedo pensar en volver a casa.
Y mi casa es llegar y tumbarme a tu lado.

Habéis llegado al punto de que no sabéis
diferenciar entre que os cambien la vida
y os cambien a vosotros.
A mí me cambió la vida enseñándome que
el paraíso no es el Caribe,
el paraíso es dormirme en su cuello.
Que viviendo en una sonrisa,
en la suya,
también puedo ser feliz.

Encontrar al amor de tu vida es como dar por casualidad
con la canción que sonó una vez en la radio
y llevas años buscándola.
Yo encontré mi canción en tu risa y aprendí que
lo realmente importante es enamorarse de las pequeñas manías y
no siempre de las virtudes.
Aprendí que no es amor si no te despides a besos
unas diez veces mínimo.

He aprendido muchas cosas de ti, Amor,
pero la más importante es que
tenerte es como tener toda la primavera para mí sola,
sea la estación que sea.