viernes, 27 de diciembre de 2013

Díselo.

Díselo.
Dile que echas de menos que no deje de tocarte la oreja.
Dile que los días sin verle son días malgastados.
Dile que a veces él es el único puto motivo para levantarte de la cama.
Dile que echas de menos reflejarte en el brillo de sus ojos.
Dile que te falta algo si no pasas horas encima de él mientras te acaricia la cabeza.
Dile que su sonrisa y esas maneras era algo de tu día a día.
Dile que, a pesar de las movidas, solamente querías abrazarle.
Dile que si no es el motivo de tu sonrisa, no vale sonreír.
Dile que le quieres.
Dile que es un pilar de tu vida, por no decir los cuatro.
Dile que quieres que te pare el mundo en un beso.
Dile que quieras que te haga rabiar.
Dile que quieras estromparle contra la pared.
Dile que quieres tenerle a un puto milímetro de ti.
Dile que quieres dormir con él.
Dile que no se vaya.
Dile quédate.
Dile que no quieres perderle.
Dile que a pesar de todo, él es todo.
Dile que el amor no tiene sentido si no es a su lado.
Dile que estás vacía sin él.
Dile que no quieres dejar de estar en una puta nube gracias a sus manos.
Dile que quieres pasar los domingos juntos al lado de la chimenea en el sofá abrazados.
Dile que quieres morderle la boca cada mañana como buenos días.
Dile que quieres vivir con él.
Idiota, no te calles, y díselo..

domingo, 22 de diciembre de 2013

Vaciarme de ti. Que te vayas de mí.

Me han dicho que escriba.
Que lo suelte todo.
Que llore al papel
lo que no me atrevo a llorarle a la personas.
Que me libre de todo el peso que llevo,
lo deje de lado
y empiece de cero.
De acuerdo, empecemos:

Algunos me dicen que vas a volver, pero
yo siento que por más que te grite
no te vas a dar la media vuelta
y te veré girar la esquina
sin ni siquiera despedirte.
Y eso es lo más triste,
que no hubo despedida.
Pero no te preocupes,
es como si te hubieras quitado un peso de encima
y me di cuenta de ello desde el primer momento.
Cuando dejas de querer a una persona
no puedes hacer otra cosa que abandonarla.
Sé que no es el final del mundo pero
yo qué sé, duele.
Yo ya no lo puedo soportar más,
para qué mentir.

Te prometo que esta es la última vez que te escribo.
No puedo seguir viendo mi vida pasar,
seguro que hay algo mejor que esto
y necesito que se acabe del todo.
Vaciarme de ti.
Que te vayas de mí.
Y así,
empezar de cero
y vivir.

Luchar por mí,
porque nadie más lo va a hacer.
Y tengo que levantarme del suelo.
Pondré una mano,
luego la otra y
daré un salto.
Y esta vez,
tocaré el cielo sin tu ayuda.
Porque, qué mejor cosa
que hacer las cosas por mí misma.
Ganar, ganar yo sola
con los que me ayudan a sonreír.
Y si tú no estás entre esas personas,
lo siento, pero
adiós y muy buenas.

martes, 17 de diciembre de 2013

Fui un intento de corazón.


Tengo tallada en mis huesos
cada palabra buena o mala
que salió de ti.
Asumí que fui un intento de corazón
y me quedé en caja de pandora.
Y si te fijas en el eco de mi risa
se puede ver
que sangra tu nombre.

Siendo sincera,
te mataría por el vacío que dejaste,
pero no creo que valga la pena
mancharme las manos con tu sangre.
Ya ves que el odio destronó al soñador
y mientras, tú y yo,
discutimos en lugar de hacer el amor.
Ya ves que a veces la ira
te endurece el corazón
y te nubla la mirada.

Sin embargo, todas las noches
intento engañarme
con que un desconocido
puede llegar y salvarme.
Quizás lo único que necesite
sea un abrazo que cure.
O quizás
ahora que te has ido
debería de empezar a asumir
que ésto va de sobrevivir
y no de vivir.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Querido país obturado con mentiras.

Nuestro planeta está en situación crítica.
Sufre una crisis mental,
aparte de económica
en lugares marginados por la sociedad.
Ya sé que si pensamos en nuestro país,
España no es una marginada.

Querido país obturado con mentiras,
ahora pensad en nuestros ciudadanos.
Ciudadanos que sufren una guerra
consigo mismos día y noche
para conseguir vianda que llevar
a las bocas de sus hijos.
Hijos que, próximamente
—gracias a nuestro amigo Wert—
no podrán permitirse unos estudios.

Nuestro pueblo está siendo ignorado
por unos corruPPtos, los cuales
se mofan de nosotros en nuestras narices.
Políticos que someten a los ciudadanos,
endurecen leyes,
blindan las calles
y criminalizan a los que protestan.

No me hagáis ni puto caso por mi corta edad
y mi poca experiencia en la vida.
No tengo práctica en vivir,
pero al paso que vamos,
nunca me van a permitir tenerla.
No tengo maestría en gobernar un país
y de pequeña me dijeron que sin unos estudios no podría llegar a nada.
Pero por lo que veo,
con enchufe y un par de mamadas
puedo llegar a ser presidenta del gobierno de España.

domingo, 27 de octubre de 2013

Voy a llamar a mis domingos en casa "echar(te) de menos".

Cuando me preguntan que
qué quiero ser en un futuro me callo,
pues la única respuesta que me viene a la cabeza
en cuestiones de segundos es
que no quiero ser nada.
Que lo único que quiero es verte reír.
También sé que no tengo ni puta idea de lo que quiero en un futuro.
Es algo así
como tirarse en paracaídas y que éste no se abra
y siento pavor.
Luego llegas con un abrazo y
devastas cualquier síntoma de miedo.
Podría definirte como mi paracaídas.
Aunque,
ya lo he hecho.

"Y mira que hay tontos enamorados en este mundo.."
Que razón tienes Carlos.
Y aunque quiera negarlo, 
soy una de esas tontas.
Pero.. ¿y qué?
Soy feliz.
Soy feliz porque cuando veo su sonrisa siento que
calienta cada recodo de mi cuerpo
y aleja el invierno.
Y, joder, no tengo frío.
Por eso no podéis hablar de hogares cálidos
si no habéis estado entre sus brazos.
No podéis.

Quizás no estemos hablando del mismo grado de locura
ya que seguramente no entendáis la mía.
Sin embargo, decirme
quién no pierde la cabeza
cuando sus labios rozan los míos
en una milésima de segundo
y a mí me parece un milenio.
Fue tan bonito por tu parte
dejarme con la miel en los labios.

Ahora quiero una guerra.
A manguetazos
o a besos.
Tú eliges.
(Yo opto por las dos).

domingo, 13 de octubre de 2013

Roma al revés.

Llega un día en el cual una persona
se enreda en tu cabeza como una canción
y te tiras todo el día tarareándola.
Hace casi 214 días
llegaste tú.
Y aquí estoy,
tarareándote en mi mente 25 horas al día.

Nunca nadie nos va a querer por lo que somos.
Pero déjame quererte
para demostrarte lo contrario.
Aunque sé que a veces soy insoportable
yo puedo amarte hasta que aprendas a quererte como eres.
El miedo no existe si no quieres.
Así que, no temas.
No puedo dejar ir a quien
me salvó la sonrisa
de la cuneta de una carretera.
A quien acogió en su pecho
a la perra abandonada
y la mimó.
¿Quién no ha conocido felicidades de esas que no caben en el torso?

Yo ya no escribo sobre el amor
porque prefiero mirarte.
Y pienso que la única guerra que quiero
es la de mis dientes en tu cuello.
Me es imposible escribir(te) cuando (te) siento.
Pero lo único que puedo decir es que
lo que siento por ti
se llama Roma al revés.

jueves, 3 de octubre de 2013

Que cómo, y yo diría más bien que quién.

Me preguntan
que cómo me salve la vida.
Yo diría más bien que quién lo hizo.
Aunque no estuviera en apuros
llegaste tú y me hiciste ver
que mi barco ya no estaba a la deriva.
Y vi la playa.
Y noté la brisa del mar.
Esa que siempre ha estado
pero que nunca he notado.
Y por eso me cago en los muertos de Cupido
por no haber hecho que te conociera antes.

Deberíais sentiros afortunados cuando encontréis
a alguien que haga que cada abrazo
sea una recarga de felicidad.
Cuando miréis el minutero del reloj
y os deis cuenta de que
queda menos de un cuarto de hora para su abrazo
y os dé un subidón de adrenalina.

Yo me siento afortunada.
Y podría pasarme los segundos manifestando
el por qué me siento dichosa de tenerte.
Y por ello,
tengo más besos pendientes en tu espalda que.

Aprendí a hacer oídos sordos cuando sonreías así.
Y mientras que tu sonrisa brille más que el resto,
me da igual el qué dirán.
Que ladren como perros hambrientos,
que yo soy la única que sabe lo que es la felicidad
porque tú eres la mejor receta contra el desconsuelo.

¿Y qué culpa tengo yo?
Si con cada verso que te escribo
se me pone más rojo el corazón
de tanto quererte.
Eres capaz de convertir el invierno
en primera
con tan sólo un beso.
Y sólo con el roce de tu nariz en mi cuello
consigue que tiemble
en pleno verano
a cuarenta grados.

Así que comprende por qué dormir sin ti los domingos lo llevo muy mal.
Y, al día siguiente,
me es imposible llamarlo buenos días si despierto
con el otro lado de la almohada vacía.
Por ello,
prefiero alquilarme un piso en el hueco de tu cuello
y quedarme a vivir.

Que cada día es una película
y tú eres mi protagonista favorito en cada uno de ellos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Oquedad acumulada.

Estamos en una era en la que sentirse seguro es estar entre rejas.
Os aconsejan vallar vuestras casas para sentiros protegidos.
No os aconsejan seguridad.
Os aconsejan vivir con miedo.
Seréis como unos pájaros enjaulados.

Me sobran silencios y me faltan palabras.
O puede que me sobren palabras
y no quiera hablarle a la pared.
¿Hacia quién las dejo salir sin que me juzgue?
Ahora hasta los desconocidos lo hacen.
Eso de contarle tu vida a un extraño 
como si nada ya no funciona.
Supongo que abandonar a quien una vez 
te salvó
es de cobardes.
Por eso ya nada funciona.

A veces la vida es como la costra de una herida:
se cae a trozos y pica.
Y me pica. Me pica mucho.
Y no puedo rascarme.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Tenerte es como tener toda la primavera para mí sola.

Dicen que ojos que no ven,
corazón que no siente.
Discrepo.
El corazón siente aunque no vea.
En mi caso ni fu ni fa,
pero cuando se trata de no verte a ti
el núcleo de mi corazón manda una orden
a todo mi organismo para que te eche de menos.
Para que sufra.
Herida, como un soldado cuando vuelve de la guerra
lleno de vendas que protegen sus heridas,
solamente puedo pensar en volver a casa.
Y mi casa es llegar y tumbarme a tu lado.

Habéis llegado al punto de que no sabéis
diferenciar entre que os cambien la vida
y os cambien a vosotros.
A mí me cambió la vida enseñándome que
el paraíso no es el Caribe,
el paraíso es dormirme en su cuello.
Que viviendo en una sonrisa,
en la suya,
también puedo ser feliz.

Encontrar al amor de tu vida es como dar por casualidad
con la canción que sonó una vez en la radio
y llevas años buscándola.
Yo encontré mi canción en tu risa y aprendí que
lo realmente importante es enamorarse de las pequeñas manías y
no siempre de las virtudes.
Aprendí que no es amor si no te despides a besos
unas diez veces mínimo.

He aprendido muchas cosas de ti, Amor,
pero la más importante es que
tenerte es como tener toda la primavera para mí sola,
sea la estación que sea.

viernes, 23 de agosto de 2013

La lingüística del amor. O, mejor dicho, de ti, amor.

He llegado al punto en el que solamente
me siento como en casa
cuando pronuncias mi nombre.
Al punto en el que únicamente
entiendo el amor
si son tus labios quienes me lo explican
beso a beso por todo mi cuerpo.

No sé si darte las gracias.
No sabía lo que era el amor verdadero hasta que te conocí.
Fue verte y la coraza se me quitó
como se cae la concha de una herida:
rascando por cojones,
aunque duela,
porque no quieres tenerla más.
Quería tenerte dentro y,
aunque sólo quisiera cerrar la puerta para que nunca más te marcharas,
la dejé entornada
para confiar en ti.

En lo único en lo que puedo pensar ahora es en que,
¿de qué me vale escribir a las dos de la mañana
si no puedo girarme y verte durmiendo en mi cama?
Cuando te acostumbras a dormir al lado de alguien
es muy complicado sobrevivir en las noches de soledad.
Y duele.
Es imposible que no duela.

Eres el des(amor) de mi puta vida.
Me da igual que no estuvieras en mi pasado,
ahora lo eres todo:
Mi pasado,
mi presente y
mi único futuro.

Quiero que seas mis putas ganas de comerme el mundo.
Quiero pensar que un día más es un día menos para abrazarte.
Quiero que veas que la parte favorita de mi cuerpo eres tú.
Quiero..

Mucho quiero, quiero, quiero.. pero el Quiero más importante va acompañado de un Te delante.
Te quiero.


domingo, 18 de agosto de 2013

Es domingo.

Es domingo.
Y bueno,
ya sabes que los domingos están inventados
para el amor.
Pero,
no estás.
No ocupas el lado izquierdo de mi cama (tu lado favorito).

No te preocupes, mi vida, yo aprendí a reír sola los domingos.
Quien dice sola dice con la ayuda de una botella.
Y, bueno, como gilipollas enamorada que soy
prefiero que me suba tu mano por la espalda
antes que una botella de vodka a la cabeza.

Es domingo.
Y claro,
no estás.
Los domingos pasados por agua aprendo que
la gente se convierte en eso que dijo que nunca sería.
Aprendo que me gustan las personas que llegan así de repente,
esas que sacuden mi vida.
Como tú, cariño.

Sacudiste mi vida y me hiciste ver que
no me hacía falta elegir,
que ya elegí cuando
por primera vez te vi sonreír.
Y ya decidí ser tu sonrisa tonta hasta que el mundo deje de ser mundo.
Dictaminé que en la única casualidad que creo
es en la de haberte conocido.

Es domingo.
Y claro,
me faltas.
Días así me percato de que la única putada que existe
es no poder estar dónde y con quién quisiera
cuando quisiera.
Me percato de que muchos de vosotros
no sabéis lo que es la felicidad.
No podéis saberlo
si no os ha abrazado
e impregnado de su perfume
hasta el mismísimo corazón.

Normal que tengáis mala suerte,
la suerte la tengo yo al lado en forma de persona.
Y por ello,
por primera vez en mi vida,
creo en la suerte.
Me hiciste abrir los ojos y ver
que hay sonrisas inocentes que,
sin saberlo,
son capaces de eliminar todas tus cicatrices.
Hablando de cicatrices.
¿Sabes? He besado muchas,
y fue en la tuya en la que quise quedarme a vivir
y no dudé ni un instante.

Tus abrazos son mis paracaídas.
Eres mi casa.
Eres como taparse hasta el cuello
con la mantita
en pleno invierno.

Es domingo.
Y bueno,
hace tiempo yo no era nadie,
sentía que no era nadie.
Entonces llegaste tú y lo arreglaste todo.
Me diste sensación de libertad cuando te vi.
Y sí, gracias a ti soy libre.

Es domingo.
Y bueno,
aunque no sea un verbo,
solamente conozco una manera de conjugar feliz:
Estoy feliz. Soy feliz. Me haces feliz.

domingo, 4 de agosto de 2013

Una canción, nuestra canción.

Unos versos que me atraviesen las costillas,
unos besos que me sepan a delicia.
Unos brazos que me salven,
unas caricias que me atrapen.

Unas banderas que no indiquen fronteras,
un invierno que parezca primavera.
Un juego de roles,
tú y yo
en la cama
y de fondo una guitarra.

Un valiente que duerme a la certeza
y forja su caparazón.
Un robot que quiere corazón,
un cobarde que se no se atreve a decir adiós.

Sé que es difícil dejar a alguien atrás
pero sentiré la necesidad de mostrarte la puerta,
porque algunas personas merecen ser solamente un recuerdo.

Sigue tu destino,
que a lo mejor
el mío es seguir tus pasos
e ir por el mismo camino.




jueves, 4 de julio de 2013

Por sonreír por ti.

Dejé de ser una golfa cuando me enamoré de ti.
Repudié sonreír a cualquiera para sonreírte a ti.
Por sonreír por ti.
Sonrío cuando falta una hora para verte,
cuando avisan de que quedan cinco minutos para que llegue tu tren al andén,
cuando noto que sigo poniéndome nerviosa al verte llegar.

Ven, idiota, que yo te curo las heridas.
Cuando llegues te ahogaré en un abrazo,
haré que te duermas
y llenaré de versos tu habitación trazo a trazo.

Ya lo he decidido:
O contigo o sola. No quiero a nadie más.
Sólo tú consigues que tu respiración en mi cuello me sepa a libertad.
Que verte sonreír sea el mejor poema que he leído.
Que, por fin, realmente, tiemble por alguien.

Cariño, seremos lo más grande que el mundo ha visto.
Juntos podemos cruzar el charco sin necesidad de mucho.
Que, contigo al lado, de verdad lucho.
Y, que gracias a ti, resisto.


domingo, 9 de junio de 2013

Veía como volaba hacia el confín y sentía envidia. Él también lo deseaba: quería planear libre hacia donde quisiera sin que nadie se lo impidiera. Pero no podía, nunca pudo. Se sentía atrapado entre el vaivén de los días sin sentido, de la prisa y de la gente que apenas pensaba en otra cosa que no fuera el parné.

"Apenas viven", pensó. Y que razón tenía, sus vidas están controladas por la persona que está en un escalón más alto que ellos y, por desgracia, moran con la ilusión de ir subiendo peldaños en la lista del jefe cuando éste solamente se ríe de ellos.

"Crédulos de mierda, os están vejando de una forma inhumana y vosotros no desaprobáis sus acciones", refunfuñó entre dientes. No podía sentir otra cosa que no fuera pena por ellos. Pena y asco. Pero siempre pasaba del tema, no era de su incumbencia. Él solo quería desaparecer de esa parte de la sociedad. Quería su propio mundo en el que no importaba si estaba roto, vacío o si iba solo por la calle.
Solamente quería estar él, la música y sus libros. Nada más.


sábado, 1 de junio de 2013


Siempre fuimos valientes entre tantas balas.
Ésas que llevaban nuestro nombre grabado
para acabar con nuestra certeza
ante tanta fatalidad.
Lo jodido es que
necesitamos huir y
no tenemos dónde.
O, seguramente, lo tenemos
y no sabemos a qué lugar escapar.

Somos capaces de desvanecernos por nuestra independencia.
Capaces de perderlo todo por seguir siendo libres
y dejar que la marea nos aleje
de las vidas ajenas.
Vidas que sólo nos aportan hastío.
Así vamos (o así voy):
dando bandazos a diestro y siniestro.

Somos los que escribimos para salvarnos.
Los que saben que un libro hace más compañía que una persona.
Los que logramos relajar a alguien con nuestra presencia
pero que, a la vez, le damos pavor.
Los que solamente quieren desaparecer.

Nosotros somos la generación de jóvenes vacíos.
La mitad no sentimos nada y,
aunque sintamos,
nada nos aporta algo.
Nada nos llena.
Luego están los que sienten por todo,
los cuales ni siquiera saben si sienten de verdad o no.

jueves, 23 de mayo de 2013


Hay personas que escriben por gusto.
Otras, por gustar.
Y yo, simplemente escribo,
para que os hagáis una idea
de lo que os estáis perdiendo
al no poder estar a su vera.


¿Qué queréis que os diga?
No mirarle cuando sonríe es
estar perdiéndose
la octava maravilla.
No sabéis lo que es
que se clave en vuestra vida
y no querer que salga de ella.
Al igual que no sabéis lo que es
tener esa sensación en el estómago y
sentir ese júbilo
si no le habéis visto ser él mismo
y por ello,
enamoraros más todavía;
si no le habéis visto ser como un niño pequeño
al coger una guitarra y ver
el brillo de sus ojos
al aporrear las cuerdas.

Por lo tanto, seguiréis siendo unos caras tristes
si no habéis sonreído como unos gilipollas
cuando os susurra:
'Dame la mano, que si no me falta algo.'

lunes, 6 de mayo de 2013

Ya sé que morir
tiene que ser algo parecido
a tener estas putas ganas de abrazarte
y no poder hacerlo.
Y muero.
Pero pasan las horas,
y revivo al día siguiente
con el aroma de tu pelo.

Cariño,
eres de las pocas personas
que no me trata como una lata en el suelo,
ni me usa como un puto saco de boxeo.
Y sé que,
todos los poetas,
hubieran hecho maravillas
utilizando tu nombre en cada poema.
Sin embargo, todos se equivocan
si buscan los mejores versos
en tinta y papel,
ya que el mejor poema
de todos los tiempos
está en carne y hueso:
eres tú y cada meridiano de tu cuerpo.
(Hasta el más escondido;
que seré yo quien lo encuentre,
si éste está perdido.)

Puedo presumir de que
entre tus brazos me siento a salvo,
y morderte es la mejor adrenalina 
que no lograré encontrar ni siquiera
a contrabando.

No oséis clasificarme de yonkie
si no habéis llegado a probar sus besos.
Son la droga más dura que jamás ha existido.
Podéis presumir de ser los creadores
de cualquier nueva tecnología,
pero venga ya, hijos de puta,
no tendréis mérito
si no habéis conseguido hacer que sonría 
y así lograr que pare el mundo en una carcajada.


lunes, 29 de abril de 2013

Mi canción favorita es tu voz
cuando pronuncia mi nombre.
Y la única música
que me apetece escuchar esta noche
es el sonido de tu risa.

(...)

Date cuenta de que,
necesito que tu sonrisa 
sea mi punto de apoyo
para que, en mis días de mierda,
logre relajarme.
De que,
cuando pones cara de gilipollas,
o intentas dejarme mal y fallas en el intento,
es cuando salen mis ganas de besarte.

Quiero que sepas
que a pesar de ser opuestos
estoy dispuesta a matar
por ver el mundo a nuestros pies.
Que si tienes grietas en los labios,
va a ser por culpa de mis dientes, 
y no por sequía de besos.

Que no, que no puedo.
Que no me quedan palabras.
Que tengo tantas cosas que decirte,
que se me atascan los versos
y sólo puedo aliviarme a besos.
Que las horas sin ti me ahogan,
y los días sin ti me matan.
Que necesito un abrazo tuyo al día 
para poder sobrevivir,
y un beso en el cuello
para no morir.
Que encontrarte fue el mejor suspiro de alivio
que pude tener.

lunes, 22 de abril de 2013

Supiste entrar en mi corazón
en el preciso instante
en el que éste suspiraba
porque no aguantaba más con su propio caparazón.
Me diste la fuerza de mil soldados
con tan sólo un abrazo.
(..esa fuerza que tanto necesitaba..)

Me di cuenta de que he ganado
sin creer en la suerte.
De que voy esquivando al miedo con un paso firme.
Me di cuenta de que teniéndote a mi lado
ni una bomba nuclear
puede llegar a destruirme.
De que gracias a ti,
aprendí que puedes estar atada a alguien
y sentirte libre.
Me di cuenta de que para dormir elijo tus abrazos,
haga frío o calor.
De que para los días malos,
no hay nada mejor que el amor.
Pero sobre todo,
me di cuenta de que últimamente
me falta corazón para que quepa todo lo que siento por ti.

jueves, 11 de abril de 2013


Por más que te escriba 
me faltan palabras que reflejen lo que siento.
Y por más que te diga al oído,
a medio susurro,
que "te quiero",
se me quedan cortas estas ocho letras.

Que me es imposible describir lo que me haces sentir.
Y si hablamos de describirte,
me niego a hacerlo.
Me acojona pensar que alguien más se enamore de ti
y tú te vayas de mi lado.

Te lo ruego, quédate.
Que lo único que yo quiero
es coleccionar tu risa
durante todos mis días.
Porque, créeme cuando te digo,
que no existe mejor droga
para mis cinco sentidos.


domingo, 31 de marzo de 2013

Déjame escribirte. 
Déjame escribirte en papel y en tu piel mientras duermes. 
Escribirte poemas en cada brazo, 
en el lado derecho de tu cintura,
y en tu espalda trazar la frase de amor más bonita
que jamás en mi vida haya podido escribir a alguien.
Déjame escribirte mientras te veo reír. 
Deja que el sonido de tu risa sea mi mayor inspiración
día sí y día también.
Déjame escribirte para que sepas 
que cada chupetón es un te quiero que dejo en tu cuello,
para que sepas que tus caricias cierran mis cicatrices.
Déjame escribirte para poder decirte todo lo que me haces sentir, 
para que te des cuenta de que eres lo más grande de aquí hasta el cielo.

Déjame intentar contarte que tu sonrisa
es la que hace que el mundo se acelere
y se pare a la vez.
Déjame susurrarte 'te quiero' al oído una y mil veces.
Déjame llenarte la habitación de poemas con tu nombre entre líneas.
Déjame escribirte para que te des cuentas de que no puedo seguir si me faltas.

(..para que te des cuenta de que me niego a seguir si te marchas.)

domingo, 10 de febrero de 2013

El reloj marcaba las cinco menos veinte de la madrugada. Ya era ordinario en ella que se dedicara a dar vueltas entre las sábanas por las noches. Pero no sé por qué, esa madrugada se alteró su monotonía nocturna.
Se levantó de la cama y fue directamente hacia su máquina de escribir. El sonido de cada tecla de esa máquina clásica conseguía que se redimiera. Sólo ella conseguía comprender esa armonía perfecta que se creaba al presionar cada letra y ver como el golpe del tipo sobre la cinta dejaba esa marca de tinta formando las palabras que deseaba que desaparecieran de su interior. No sabría deciros cuánto tiempo dedicó a oprimir las teclas pero, puedo deciros que es expresó tanto, que se quedó sin láminas de papel.
Por un momento se quedó mirando fijamente el cenicero, el cual estaba repleto de colillas. Se levantó de la silla y fue directa al armario. Se puso una camiseta y se colocó encima una chaqueta. Mientras iba por el pasillo se iba metiendo los vaqueros. Agarró las llaves, el paquete de tabaco y fue a la calle. 
Estaba amaneciendo. El humo salía de su boca danzando mientras caminaba. ¿Y qué pasó? Lo de siempre. El destino, la casualidad, el azar o como queráis llamarlo. Pero pasó.
Su figura trazaba la silueta más soberbia que jamás podría encontrar en ese instante. Se quedó impregnada de esa sensación de haber encontrado algo que ni ella sabía que estaba buscando. Y entonces él se percató, notó su presencia y se giró. Y ahí se quedaron, mirándose los dos como si durante toda su vida se hubieran estado buscando.
La complicidad que había en ese momento entre ellos dos era demasiado asombrosa. El lenguaje de miradas que había era algo espléndido. Y de repente el mundo dejó de ser algo odioso y repulsivo y sus medias sonrisas al fin se convirtieron en una.

viernes, 1 de febrero de 2013


Un pequeño hálito nocturno se colaba por la ventana y hacía que las finas cortinas hicieran un baile con un contoneo voluptuoso que llamaba la atención. El bolígrafo giraba entre sus dedos de una forma que seducía si lo observabas. El sonido de los coches circulando a 60km/h por la carretera provocaba que girase a más velocidad. Mientras tanto ella no podía apartar la vista de aquel punto fijo. Sentía que esa caja de cartón en la cual pone “Fumar Mata” la reclamaba a gritos. Tenía el presentimiento de que ese paquete de L&M le desgañitaba que podía salvarla, que cuando aspirara su dulce veneno todo parecería menos primordial. Sin embargo la botella de tequila también la reclamaba. Ésta le susurraba de una forma impúdica que ella lograría hacer que olvidara todo lo que ahora mismo deambulaba por su mente. 
La congoja que sentía en ese instante cuando todo parecía girar a una velocidad colosal pero que, al mismo tiempo erraba de una lentitud exorbitante, era desgarradora. Esa angustia impedía que el bolígrafo cediera la tonalidad de ese azul marino en esa lámina de papel que estaba delante de sus pupilas. Sabía que si no lograba liberarse acabaría consumiéndose. A veces es tan fácil afligirse si no ves un modo de poder absolver ese sentimiento excepcional que ocurre en noches frías pero calurosas a la vez. No sé si me explico.

Sintió frío y eso hizo que volviera en sí. Se levantó de la silla y fue en busca de una sudadera. Al volver a la habitación al fin se decidió a coger el paquete de tabaco y salió al balcón a fumar. Lo hizo todo apresuradamente. Ilusa de ella si pensaba que así la madrugada sería más breve.
Se apoyó en la barandilla y no duró ni medio cigarrillo para pensar que el tequila también tenía derecho a acompañarla. Decepción la suya cuando al coger la botella vio que solamente quedaba un poco más que el culo. 
Percibía el ambiente cargado, quizá sería el ardor de el primer trago de tequila. Cuando siguieron dos más ya era indiferente. Y a esos dos le siguieron tres, cuatro, cinco.. Hasta que la botella quedó vacía. Al mirarla y ver que no caía ni una gota, llena de rabia la lanzó con todas sus fuerzas. Escuchó el eco del romper de la botella. Le retumbaba por la cabeza hasta que cayó en la cuenta de que así estaba ella: rota.

Volvió dentro. Tenía la aspiración rauda. Y, al fin, reventó. Su cólera se liberó. Cuando pudo tranquilizarse y levantar la cabeza vio lo que había hecho. Lámparas y espejos rotos. Sillas por el suelo. La mesa estaba llena de navajazos. La vajilla estaba jodidamente reventada después de las hostias contra la pared. Todo estaba lleno de cristales.
Se secó las lágrimas de rabia, inspiró, miró al techo y se levantó del suelo. Lo limpió todo y se fue a acurrucarse a la cama. Se quedó observando  la pared diciéndose a sí misma que mañana será otro día hasta que se durmió.

domingo, 20 de enero de 2013

Déjalo ya, deja de intentarlo. Olvídalo. Nada de esto tiene sentido si no existe lo más vital, y lo sabes. Así que, asúmelo.
Ni tú crees que lo intento, y yo ni siquiera quiero pensar que quieres creerme. Y dejé de intentarlo. Dejé de hacer algo sin sentido. Y nos perdimos, nos perdimos tanto. Creo que ha sido el modo más bonito de perderme pero, lo siento, quiero seguir perdida sin ti. No quiero volver a encontrarte, a encontrarnos, y así poder seguir cada cual con lo suyo: tú con tu "asienta la cabeza" y yo con mi "hago lo que quiero, cuando quiero y con quiero".
No éramos compatibles, y eso se veía a medio kilómetro de distancia. Pero la atracción era tal que nosotros estábamos ciegos, no podíamos ver más allá de nuestros cuerpos. Ya ves que a veces el deseo carnal puede más que la puta realidad, y por eso acabamos así. Por ciegos, estúpidos, necios, inútiiles, incomprendidos, absurdos, y un largo etcétera que me gustaría decir, pero que es mejor callar un domingo por la noche. Ya la he cagado bastante.
Prefiero acabar con la mente en blanco y como desconocidos. Así que por favor, si me ves por la calle, ni siquiera me mires.

jueves, 3 de enero de 2013

Supongo que no debería escribirte ahora, que no es justo hacer esto en estos momentos, ya que me estoy planteando marcharme. Ya sabes que no me gustan las despedidas; siempre he pensado que aunque te despidas de alguien, volverá a aparecer. Por eso mejor utilizar un simple "ya nos veremos" o un "hasta que la casualidad nos cruce". Pero no, no me voy a ir.
Sé que peco de ser una caprichosa que nunca sabe lo que quiere. Pero te aseguro que ahora lo sé, y esto es lo que quiero: estar a tu lado.

Por tener la puta sensación de que el mundo es nuestro estoy dispuesta a subir al cielo contigo, aunque me meta una hostia con las nubes. Pondré la mano en el fuego las veces que haga falta. Porque no estoy dispuesta a que una persona (y para mí cuando digo persona su definición es: alguien por quien vale la pena luchar) así se vaya de mi vida.

No quiero llamarlo amor, ya que el amor siempre se va. Y lo que siento por ti es tan.. indescriptible. Tendría que inventar una palabra para lograr definir todo esto que haces que sienta. Y créeme que la he pensado más de una vez, pero sólo lograr hacer que me salga esa sonrisa de gilipollas al pensar en ti.

No sé, tal vez eso que haces de parar el tiempo me parece tan perfecto que hace que empiece creer en la perfección. Llámame loca, me da igual mientras lo hagas con esa mirada tierna. Pero hazlo, sigue parando el tiempo y haz que esto no termine.