miércoles, 22 de julio de 2015

Definirse es limitarse.

Bebo mucho y como aun más. Me encanta la cerveza. Fumo con mesura. Suelo cantar mucho, aunque lo haga de pena. Bailo mientras me quito la ropa cuando voy a ducharme y sigo bailando cuando me cae el agua en la cara. Me gusta estar en los buenos momentos pero sobre todo en los malos. Me gusta la risa después del llanto. Suelo pensar por y para dos: cabeza y corazón. Suelo dudar cinco segundos, pero luego me siento (muy) segura de mí misma. Soy curiosa, me gusta saber. Me encanta leer. Me apasiona la música. Me libera escribir. Me gustan los animales. Me gusta dar, pero también recibir aunque nunca lo hagaObservo demasiado. Me complacen las alturas. Suelo tener mucho que decir, pero solo lo escribo. Me gusta pensar (y saber) que nadie podrá conmigo. Me divierte follar en la ducha. Nunca suelo encontrar las palabras exactas pero encuentro a la música. Soy cariñosa. No me asusta la muerte. Mi sueño es ver a Andrés en directo. La sociedad es una mierda y la gente más. Conozco a pocas personas y a mucha muchedumbre. Podría quedarme a vivir en un abrazo. Me gusta sumar. Odio restar. Me gusta la gente que consigue hacer tu vida un poco más fácil. No me fío de las apariencias. Odio estar en casa encerrada y huyo siempre de ella cuando puedo. No me gustan los extremos. Me duele echar de menos. Soy una maniática con el orden. Me gustan las cosas que huelen bien. Soy más de hacer que de decir. Suelo olvidar la existencia de la gente que se ha ido de mi vida. Suena cruel, pero es real. Hago las cosas por impulsos. Soy autosuficiente. Sé que no necesito a nadie para vivir, no tengo dependencia. Soy una caprichosa. Siempre he pensado que este no es mi sitio y quiero irme. Me encanta Madrid. Me gusta cruzar las líneas. Tengo asumido que nací sola y moriré sola. Me encantaría que existiera el teletransporte. No creo en los siempres. Tampoco en los nuncas. Pero sí en los tal vez. 

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