miércoles, 28 de octubre de 2015

Ahora no puedes pasar. Estoy ordenando mi vida.

El otro día me preguntaron por ti.
Me puse a pensar y
me di cuenta de que dejaste de luchar
y duró mientras fue bonito.
Supongo que mi error fue querer ganar la batalla
cuando esa era solo tuya.
Dejé mi alma en aquella trinchera
y la alegría ha vuelto para decirme que
en aquel campo de batalla han crecido flores.
Me sonríe mientras se da cuenta de que dejé atrás todo lo malo,
de que el pasado hace tiempo que dejó de dolerme
de que ha vuelto el futuro
y de que el presente ya es mío.

He aprendido que el amor sano nunca ciega.
Al contrario,
te abre los ojos de par en par
como cuando abres una ventana y el paisaje te hace sonreír.
Si te fijas en aquel paisaje hay un rebaño,
y, por suerte o por desgracia,
yo soy esa oveja fuera de él que se siente libre mientras se despeña.

Oye, no me mires así.
Ya sé que a veces suelto demasiadas gilipolleces por la boca
pero dime,
¿desde cuándo se tiene que pedir permiso para
poder cambiarle la vida a alguien?
Así que perdóname
si fui una mal educada al entrar a la tuya sin consentimiento.
Pero es que vi tu cartel de:
"Ahora no puedes pasar. Estoy ordenando mi vida."
y me pudo la curiosidad.

Créeme cuando te digo que no quiero que te subas a mi tren,
que lo que yo quiero es que tu tren y el mío
se choquen y descarrilen juntos.
Por eso dame un abrazo,
que hacía mucho que no volvía a sentirme tan a gusto
rodeando con mis brazos un corazón ajeno.

Podría decir mucho de esta etapa del lado bueno de mi vida,
pero prefiero vivirla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario