jueves, 14 de enero de 2016

Suerte.

Frío no es sentir el invierno en la piel. Frío es el miedo que se me mete en el pecho durante cinco minutos cuando discutimos por alguna tontería. Luego llegas, me gruñes como un cachorro inocente y noto como la primavera me abraza y me besa en la cara. En ese momento me doy cuenta de que tengo alguien a quien llamarle hogar y que cuando no pueda más y me sienta igual de destrozada que el Muro de Berlín ahí está el lugar al que puedo ir y dejarme caer. 

El problema es que no me quedan palabras porque te las quedas todas cuando llevo dos copas de más y me da por escupirle al azar por tardar tanto en ponerte en frente. En hacerme abrir los ojos. En hacer que ignorara todo lo que me deparaba contigo al lado. 

Eres suerte.
Y espero que la suerte no se vaya de mi lado.

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