Supiste entrar en
mi corazón
en el preciso
instante
en el que éste
suspiraba
porque no
aguantaba más con su propio caparazón.
Me diste la fuerza
de mil soldados
con tan sólo un
abrazo.
Me di cuenta de
que he ganado
sin creer en la
suerte.
De que voy esquivando
al miedo con un paso firme.
Me di cuenta de que
teniéndote a mi lado
ni una bomba
nuclear
puede llegar a
destruirme.
De que gracias a ti,
aprendí que puedes
estar atada a alguien
y sentirte libre.
Me di cuenta de que
para dormir elijo tus abrazos,
haga frío o calor.
De que para los días
malos,
no hay nada mejor
que el amor.
Pero sobre todo,
me di cuenta de
que últimamente
me falta corazón
para que quepa todo lo que siento por ti.
"Que para los días malos, no hay nada mejor que el amor." Nunca mejor dicho.
ResponderEliminar